En el gran deposito de éter donde las almas esperan suspendidas a la llamada de la vida, corre un rumor. Todas comentan el éxito de sus vidas pasadas, pero yo no recuerdo lo anterior a esto. El rumor dice que todos reencarnamos en humanos, y eso espero, deseo tanto poder ver la luz del sol, caminar utilizando mis dos piernas y contemplar ese magnifico mundo de construcciones llamado ciudad, donde torres gigantescas se elevan hasta el cielo. Quiero sentir la vida junto a la sociedad humana, quiero escribir poesía, quiero plasmar mi amor hacia todo lo bello, quiero leer la magia que ocultan las palabras de otras mentes que dejaron sus sentimientos en hojas de papel, quiero y deseo tanto que no veo el momento de llegar a la vida, de nacer.
Es mi turno, me han elegido para emprender un nuevo camino, y el proceso conlleva ciertas penas, pues toda mi memoria quedará como residuo en el éter, mientras que mi esencia pasará a través del gran conducto que lleva al plano mortal.
Nacer duele, es angustioso y doloroso, siento como las paredes del organismo que me da la vida se contraen para expulsarme al exterior, y yo por desgracia no puedo facilitar tal hazaña, tan solo me limito a esperar el final del proceso.
Veo la salida, detrás hay una leve luz opaca y blanquecina que me da la bienvenida al mundo. He oído que las mujeres sufren mucho en este proceso, pero que el dolor se convierte en placer al observar el fruto del amor entre humanos. Seré su hijo, o hija, aun no soy capaz de comprender este hecho, pero pronto lo sabré. Creceré y les llenaré de gloria por mis propias metas alcanzadas, les complaceré tanto como esté en mi mano y les haré la vida más fácil. Serán más felices con mi presencia.
Algo empuja con fuerza desde la oscuridad y el orificio de salida aumenta de tamaño, no hay demasiada luz allí fuera, pero espero con ansias las manos de esa figura llamada médico que me sujetará y me llevara a los brazos de mi madre.
Un momento… ¿No se suponía que mi memoria quedaría atrapada en el éter? ¿Cómo es que Dios se ha olvidado de borrármela? Quizás sea su regalo y su bendición.
Mas dolor, he caído en picado, hay agua por todas partes, ¿Dónde estoy? Miro hacia arriba y para mi sorpresa no encuentro una mujer, sino un hombre que descansa sentado sobre el recipiente donde me encuentro. ¡Me cago en dios, si eso es un ojo de culo! ¿No me jodas que Dios me ha metido como alma de una mierda? ¡Será hijodeputa!
Es en este instante cuando recuerdo que tuve otra vida, otra en la que era una persona con malos modales, de ahí la procedencia de tanta maldición y palabras soeces, pero es que es para matar a este cabrón a palazos, pues ha dotado con alma a un pedazo de mierda. Miro el culo de ese tipo otra vez, a fin de cuentas es mi padre puesto que me ha cagado él, pero veo el horror y la desesperación hechos culo gordo, lleno de granos y pelos asquerosos, donde de las puntas cuelgan pelotillas de mierda seca, de cagadas del pasado. Suena un pedo, otra plasta cae sobre mí, salpicando el agua que sube hasta lo más alto de la taza y toca las cachas de carne rebosante y sonrosada.
Me doy cuenta de que no soy una mierda, aun es peor, puesto que soy un puto gusano que vive en la mierda del gordo, mas humillante no puede ser. Con razón Dios no me borro la memoria ¿Para que? ¿Quien coño va a entablar una conversación con una lombriz procedente de un ojete?
A mi lado hay una pipa de tomate que parece sufrir, un poco mas adelante puedo contemplar un trozo de plástico ¿Qué cojones comerá este mamón para cagar plástico? A fin de cuentas todo junto no deja de ser mierda, y yo vivo de ella y me la como, es para flipar.
El gordo se levanta y la luz del techo me ciega, se gira mientras se limpia el culo con un trozo de papel, y observa su obra. Su cara es menos repulsiva que su culo, creo que con eso bastará para describirle.
-Joder, vaya pino que he puesto- dice el muy puerco.
Acciona la cisterna mediante una cadena que cuelga y un manantial de agua inunda la taza, arrastrándome con la plasta hasta los confines de la negrura de las cañerías. Es una atracción directa, puesto que la mierda va donde hay mas mierda.
El agua me inunda, me satura y me asfixia, tanto que dejo de vivir y vuelvo al depósito de almas, junto a mi querido éter. Cualquier otra existencia será mucho más placentera que ser una lombriz.
Ahora comprendo el castigo que se me ha dado, solo que mi purgatorio ha sido breve, pero aun deberán pasar mas de quinientos años para volver a nacer. Espero que para esa ocasión no se le ocurra a ese majadero enviarme siendo un pollo, o una rata, o cualquier otra cosa que pueda salir del ojo de un culo.
Un relato de Noveno Infierno
martes, 27 de mayo de 2008
Esperando a nacer
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