Muchas veces habéis escuchad0 por la televisión o leído en los periódicos que se ofrece una recompensa a cambio de dar alguna información útil sobre el paradero de una persona desaparecida, pues bien, si alguna vez perdéis algún familiar y ofrecéis recompensa a cambio de información sobre su paradero, aseguraos de pagar esa recompensa. Después de leer este relato comprendereis porque os lo digo.
Hacía ya cerca de un año que la joven Adriana de tan solo seis añitos había desaparecido pero los mass media aun no se habían cansado de seguir el caso y todo porque siempre salía alguna información falsa sobre su paradero; alguien dijo haber visto a la niña en compañía de un hombre gordo y calvo (la típica descripción del típico pederasta) , otra persona llamo diciendo que había visto a la niña en un coche fumando porros con unas amigas, otra persona dijo que había visto al demonio como se la llevaba..... y mas llamadas por el estilo.
Y todas estas llamadas eran causa de personas que buscaban desesperadamente la recompensa que ofrecia la familia, de verdaderos locos o de periodistas que no querian que la noticia se acabara pero desde luego ninguna de esas llamadas dio ninguna pista verdadera sobre el paradero de la pequeña Adriana.
Clara y Jesus, esos son los nombres de los padres de Adriana, los mismos que ofrecieron una recompensa de 1000000 de euros por cualquier información que los conduciera al paradero de su hija y los mismos que ya no aguantan mas y estan apunto de tirar la toalla. Parecían un par de zombies, todo el día sentados enfrente del televisor viendo las noticias, no comían, apenas dormían y no hablaban entre ellos, eran , pues eso, dos zombies andantes pero un dia de mayo una luz en forma de llamada telefónica los iluminó. La mujer que realizaba la llamada se hacía llamar Lucia y decía tener datos exactos de donde se encontraba Adriana y de quien la tenía retenida. Clara y Jesus no perdieron el tiempo y llamaron inmediatamente a la policía que siguieron los datos dados por Lucia.
Los padres de Adriana no se hacían demasiadas ilusiones, demasiadas llamadas engañosas aunque lo cierto es que aquella mujer que se hacia llamar Lucia había aportado mas información que ninguna otra persona que los hubiera podido llamar. Pero toda aquella desconfianza y tristeza se transformaron en una alegría desbordante cuando el comisario de policía les llamó y les dijo que habían encontrado a su hija sana y salva. Los dos se fundieron en un abrazo aun con el teléfono descolgado, todo aquella pesadilla había acabado y ellos no se lo podían creer.
Cuando los padres fueron a reencontrarse con su hija no la pudieron reconocer de lo mucho que se había engordado, parecía un balón de playa hinchado al máximo, apunto de explotar.
Según les explicó el comisario jefe encargado de la búsqueda de Adriana, esta se encontraba secuestrada por un viejo loco que durante un año la estuvo cebando de comidas con un alto contenido en grasas con la intención de engordarla y comérsela para año nuevo. Cuando los policias entraron en la casa pillaron al viejo intentando introducirle a la niña una pata de pollo por la boca. Gracias a dios llegaron a tiempo y todo tuvo un final feliz.
Los días pasaron y Clara y Jesús eran tan felices de volver a estar junto a su hija que se olvidaron de cuanto les rodeaba. Pasaban mas tiempo que nunca con ella y empezaban a volver a disfrutar de una vida en familia hasta que un día sonó el teléfono, Clara lo cogió. Al otro lado de la linea estaba Lucia, la mujer que facilito los datos para la recuperación de Lucia, y pedía su recompensa, Clara muy amable se disculpó por no haberla llamado y luego la invitó a comer aquella misma noche.
Lucia era una mujer bellísima; era alta, estilizada, con unos bustos bonitos , una melena rubia que la hacia parecer un ángel y una sonrisa que conquistaba a cualquiera. Estaban comiendo todos juntos cuando Clara le dijo a Lucia que el millón de euros no se lo podrían dar, que no los tenían, pero que estaban tan desesperados que no sabían que mas hacer. En aquel preciso momento en el que Clara pronunció aquellas palabras la cara angelical de Lucia se transformó en la cara del mismisimo diablo y con una voz menos suave que la tenia de costumbre y mirando fijamente a la niña dijo
-tus padres te han vuelto a condenar, dale las gracias.
Entonces se levanto de la mesa y salió de la casa dando un portazo. Clara y Jesus comprendían su disgusto pero no la frase que pronunció mientras miraba a la pequeña Adriana.
Clara intentó ponerse en contacto con Lucía pero esta no cogía el teléfono. Fue justo colgar el teléfono cuando recibió una llamada, Clara descolgó rápidamente y Lucía le habló;
-si quieren volver a ver a su hija con vida mas vale que me den mi millón de euros.
y colgó. Clara se quedó paralizada durante un instante, luego llamó al colegio de Adriana, allí le dijieron que una mujer que había dicho ser la tia de Adriana había venido a buscarla para llevarla al médico. Clara dejó caer el teléfono y se desmayó.
La policía entró en el domicilio de Lucía pero allí no encontraron nada, excepto una nota que ponía "ingresad mi millón de euros en esta cuenta 9876785468. Daos prisa, Adriana no dispone de mucho tiempo".
Clara y Jesús echaron mano de la televisión que tanto odiaban para recaudar fondos y pagar la recompensa de Lucia que ahora se había convertido en un rescate. Pero aun con todo la influencia de la televisión tardaron un par de meses en juntar todo ese dinero. Una vez lo tuvieron lo ingresaron en la cuenta que había dejado inscrita en la nota Lucia y esperaron. Un día después de ingresar el dinero Lucia llamó a casa de Clara y Jesus y les dijo;
-habéis cumplido vuestra parte así que yo cumpliré con la mía. Podréis encontrar a Adriana en la caseta del perro, de vuestro perro.
Clara y Jesús corrieron hacía el patio exterior donde el perro tenía la caseta y Jesús de una patada la tumbó dejando a la vista el cuerpo de Adriana, ya sin vida. Todo el tiempo que estuvieron para recaudar el dinero Adriana estuvo maniatada y amordazada en la caseta del perro, demasiado tiempo sin agua y sin comida para que una niña de tan solo seis años pudiera sobrevivir.
Jodido, verdad?. Así que pagad vuestras deudas, pensad que telefónica puede ser más cruel que la propia Lucia.
un relato de David Meyhem
miércoles, 19 de marzo de 2008
Recompensa
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario