lunes, 21 de julio de 2008

SOCIEDAD PSICÓPATA capítulo 4

La casa más que una casa parece una mansión. En su interior cincuenta habitaciones y en cada una de ellas cinco mujeres de medidas perfectas sin nada de ropa encima. En el patio de la casa-mansión hay una enorme piscina tan repleta de mujeres que apenas se consigue ver el agua azul cloro. Y en un extremo del patio, observando como se toquetean entre ellas, tumbado en su butaca de oro macizo está Zacarías, completamente desnudo mientras una belleza del ébano y una sueca rojiza le abanican su miembro que ahora mide veinte centímetros de más. Todo es perfecto hasta que deja de serlo. Una música nauseabunda invade la escena, el la reconoce, es reguetón, esa música apestosa que escuchan los apestosos. Se incorpora de su butaca e intenta ver de donde proviene esa música que cada vez suena más fuerte, tan fuerte que las cabezas de las mujeres perfectas empiezan a estallar, una a una , hasta que el patio y la casa-mansión acaban siendo un vertedero de sesos y huesos craneales. Estupefacto ante tal espectáculo grita desesperado hasta que su cabeza revienta en mil pedazos y entonces..................se despierta.
Su cama esta saltando como si estuviera poseída, el vaso de wiscky que tiene en la mesita de noche se tambalea, la música resuena en su habitación como si de una discoteca house se tratara. Las mujeres eran solo un sueño, la música que hizo que reventaran todas, no. Pero a diferencia del sueño, en la realidad, si que sabe de donde proviene esa música. No es la primera vez que pasa pero si que va a ser la última.
En el piso que se encuentra por debajo del suyo vive Gustavo, un peruano feo, gordo, bajito, maleducado y con una gran berruga negra que le asoma de la punta de su chafada nariz. Gustavo el troll, así lo llamaba.
En el piso de Gustavo suena el timbre, el troll abre la puerta y en ese mismo instante dos disparos, dos proyectiles, dos rodillas agujereadas. El troll está sentado en el suelo sujetándose las piernas y llorando de dolor, levanta la vista; chanclas azules con el viejo logotipo de adidas, un poco mas arriba, piernas escuálidas y bronceadas, un poco mas arriba, unos calzoncillos largos de color azul con dibujitos del coyote y el correcaminos, un poco mas arriba, una camiseta blanca sin mangas con naranjito en el centro, unos brazos escuálidos pero de músculos definidos, unas manos largas y amarillentas acabadas en unas sucias y largas uñas, una de las manos sujeta una enorme mágnum del calibre 44 aun con el cañon humeante, un poco mas arriba, un cuello estrecho y largo con todas sus venas marcadas, un poco mas arriba, su barbilla prominente , sus labios apretados y finos, su nariz aguileña, un poco mas arriba, sus ojos llenos de ira. Reconoció aquel rostro enseguida, era Zacarias el detective y matón del piso de encima.
La música a parado. Solo se oyen llantos de dolor y suplicas. Gustavo está sentado en una silla atado de pies y manos y con un calcetín sucio en la boca, sus ojos abiertos como platos. Unidos a sus orejas, dos grandes bafles que Zacarias a unido con cinta aislante a su cabeza.
Los dedos pulgar e indice, escuálidos y de largas uñas sucias están puestos alrededor de la esfera que controla el volumen del equipo de música.
Las ultimas palabras que escuchará.
-Sino sabes vivir como una persona morirás como un animal.
Los dedos hacen girar la esfera al máximo, la música retumba en todo el piso y los oidos de Gustabo empiezan a ech,ar primero pus luego sangre. La esfera gira un poco mas hacia el lado que pone MAX y los ojos del troll revientan.
Al volver a su piso su teléfono esta sonando. Descuelga. Una mujer al otro lado de la linea.
-Tienes que ayudarme Zacarias, mi hijo a desaparecido.

by David Meyhem

Mañana otro capitulo de Sociedad Psicópata donde esta vez se cierran algunos cabos sueltos.

1 comentarios:

CharlieTown dijo...

Cabos sueltos! Por fiiiiiinnnn!!!!!!!